sábado, 12 de octubre de 2013

Crisis: Definición, tipos, factores y manifestaciones

De acuerdo con los  la Fundación IUCS Barceló (2012), históricamente, la teoría de crisis data desde de los inicios de la teoría psicoanalítica, cuando Freud estableció la relación existente entre situaciones vitales presentes y enfermedades cuyo origen es emocional. En sus estudios de casos clínicos, Freud dio a conocer que una situación conflictiva familiar o de otra índole en la vida del individuo podía ser la causa de síntomas físicos, aperturando así la posibilidad de entender el sentido biográfico de la enfermedad.

Posteriormente, Eric Erickson postuló las crisis evolutivas por las que atraviesan las personas a lo largo de su vida. Por otro lado, Thomas Holmes al establecer una escala de reajuste social para cuantificar los cambios vitales de la vida, demostró que aquellas personas que experimentan más cambios vitales en un período determinada son más propensas a enfermar.

No obstante, se le considera a Eric Lindemann (1944) como el precursor de la teoría de la crisis por sus estudios sobre el duelo y sus etapas, en el cual distinguió entre las reacciones normales del duelo y las respuestas desadaptativas que aparecen en los duelos patológicos. Asimismo, identificó que después de seis semanas, la pena inicial  tiende a procesarse normalmente por el individuo o  empiezan a aparecer síntomas psicológicos o psicosomáticos.

DEFINICIÓN:

Caplan (citado por la Fundación IUCS Barceló, 2012) define la crisis como “el estado que aparece cuando una persona enfrenta un obstáculo a sus objetivos o expectativas vitales que parece ser insuperable con los métodos usuales de resolución de problemas que la persona ha utilizado en el pasado”, lo cual implica que acontece un período de desorganización y de alteración  mediante el cual se prueban diversas alternativas de solución.

 Entretanto, la Fundación IUCS Barceló (2012) define la crisis como el período transitorio de trastornos y desorganización, que se caracteriza esencialmente por la incapacidad de una persona para afrontar eventos específicos, haciendo uso de sus recursos cotidianos para resolver las dificultades que se le presentan en la vida y por el potencial para lograr efectos positivos o negativos.

Es así que se le considera a la crisis como un estado de desorganización  y peligro, mas es también una oportunidad de desarrollo personal del individuo.

Las personas en situación de crisis experimentan:
  • Sentimientos de cansancio y agotamiento, desamparo, inadecuación y confusión, tristeza, desasosiego, estrés, tensión.
  • Síntomas físicos, ansiedad y desorganización.
RESULTADOS DE LA CRISIS:
  • Positivos: Si la persona aprende de sus experiencias y produce un cambio positivo en su vida.
  • Negativos: Cuando desencadena en una patología (depresión, trastornos de ansiedad, trastornos de estrés post traumático).

TIPOS DE CRISIS:

Según Fundación IUCS Barceló (2012), las crisis  pueden ser: del desarrollo (evolutivas o naturales), accidentales (inesperadas y repentinas) o circunstanciales (anticipadas o previsibles).

*Crisis del desarrollo:

Ocurren cuando una persona atraviesa diferentes etapas en su ciclo de vida. Son más predecibles. Por ejemplo: Crisis del nacimiento e infancia, de la pubertad y adolescencia, de la primera juventud, de la edad media y de la tercera edad.

En el caso de la adultez temprana, se presenta dos momentos que pueden generar crisis, como la obtención del primer trabajo, lo cual significa la afirmación de la identidad individual en el ejercicio de una actividad, mas involucra un proceso de transición en los que se presentan obstáculos al intentar encontrar un empleo acorde a sus expectativas, la falta de experiencia, el desempleo, entre otros. La familia es otro momento, en el cual se experimentan crisis, como el matrimonio, la separación, el divorcio, el nacimiento de los hijos, etc.

*Crisis accidentales:

          Es el estado temporal de un trastorno psicológico, en el que se presentan síntomas de ansiedad, confusión y desorganización, producto de un suceso inesperado, que es percibido como amenaza o pérdida y que resulta no manejable con la utilización de los  métodos habituales para la solución de problemas. Se le considera repentina, porque aparece sin ser percibida; inesperada, porque no se puede anticipar su ocurrencia; urgente, porque amenaza el bienestar físico y/o psicológico; puede ser masivo, ya que puede afectar a muchas personas al mismo tiempo (desastres) e implica peligro y oportunidad, pues trae como resultado un estado de mejoría o de empeoramiento respecto de a la situación inicial antes de la crisis (Fundación IUCS Barceló, 2012).


Entre ellos se pueden mencionar: Robos, pérdidas, muerte, enfermedades insospechadas, desempleo, fracaso económico, abuso sexual, incendios, catástrofes, conflictos bélicos, etc.

*Crisis circunstanciales:

                Es producido por un evento que puede ser anticipado y previsto. Se percibe como amenaza o pérdida y resulta insuperable con los recursos tradicionales de la persona para hacerle frente (Fundación IUCS Barceló, 2012).
            Se puede citar, como ejemplos: el divorcio o separación, el desempleo anunciado, muerte anticipada, entre otros más.

  • Comprensión cognitiva-emocional de la situación.
  • Fortaleza del Yo.
  • Mecanismos de enfrentamiento, conscientes e inconscientes.
  • Red de apoyo familiar y social.
  • Resiliencia.

  • Explorar resultados reales y solicitar información.
  • Expresar sentimientos negativos y tolerar la frustración.
  • Solicitar ayuda si es necesario.
  • Trabajar un problema a la vez.
  • Ser consciente de lo que propicia la desorganización y la fatiga, manteniendo el control y el esfuerzo como sea posible.
  • Dominar y flexibilizar sentimientos.
  • Confiar en sí mismo y en otros y ser optimista en cuanto a los resultados.
MANIFESTACIONES QUE ACOMPAÑAN A LA SITUACIÓN DE CRISIS

Moreno (2003, p.24) manifiesta que los diferentes tipos de manifestaciones que acompañan a la situación de crisis, pueden agruparse en diferentes componentes, en función de la modalidad de respuesta del individuo a la que se encuentran relacionadas:

Manifestaciones emocionales: Es característico la presencia de dos tipos de comportamiento emocional, lo cuales pueden presentarse en una misma persona de manera simultánea y sin que prevalezca el uno sobre el otro durante un tiempo prolongado. Por un lado, se presentan comportamientos, como: embotamiento, depresión, aislamiento, indefensión y culpa por el hecho de haber sobrevivido. Por el otro lado, se presentan manifestaciones emocionales, en los que se aprecia la ira, desesperación, sensación de “encontrarse fuera de control”, la ansiedad, la agitación y la hiperactividad.

Manifestaciones cognitivas: Es posible encontrar manifestaciones cognitivas focalizadas en un deterioro del funcionamiento atencional normal (estrechamiento del foco atencional y dificultad para desarrollar una actividad atencional mantenida), como la presencia de síntomas e desorientación y problemas en la toma de decisiones. Es habitual la ocurrencia de fenómenos de flashback sobre la situación vivida y en algunos casos, puede presentarse una amnesia completa o parcial del episodio.

Manifestaciones fisiológicas: Suelen presentarse manifestaciones características de los ataques de pánico, como taquicardia y sudoración; además, se observa la fatiga como otro síntoma común en una situación de crisis.
 
Manifestaciones conductuales: Las manifestaciones conductuales observables están determinadas por el estado emocional y fisiológico en el que se encuentran las personas en estado de crisis, por lo que es habitual la presencia de llanto, la emisión de gritos, las explosiones de ira, el abandono, etc. Además, debido a la incapacidad manifiesta para hacer frente a las dificultades de la vida, puede asumir conductas de afrontamiento no adaptativas, como el abuso de drogas, la comisión de actos antisociales, la pérdida de la sensibilidad hacia los problemas de los otros, etc.

Darquea, Jaramillo, Luna y Malacatos (2011) mencionan que las fases de las crisis son: 
  • Explosión o expresión: Refleja la carga de estrés que tiene la persona, después de la ocurrencia de un hecho traumático, puede presentarse: gritos, llanto, angustia y desmayos.
  • Negación: Enmarcada en los mecanismos de defensa, implica la no aceptación de lo vivido.
  • Intrusión: Son comunes las pesadillas, alucinaciones, entre otros, que hacen que el individuo reviva el episodio.
  • Traslaboración (Expresión de lo vivido): Es la elaboración y expresión voluntaria del hecho traumático. En esta fase, la persona puede necesitar apoyo.
  • Consumación: Es la etapa final, la cual involucra la integración del hecho vivido y la adaptación por parte de la persona a la crisis.

INTERVENCIÓN EN CRISIS:

Para la resolución de la crisis, se debe planificar acciones a corto, mediano y largo plazo, con el fin de promover la salud mental de la población. Entre los factores a tener en cuenta están: 
  • La gravedad del o los sucesos precipitantes.
  • Los recursos interiores psicológicos y espirituales del individuo, como su fuerza interior, experiencias precedentes, su percepción de la experiencia vivida, etc.
  • Los recursos sociales y económicos del individuo y su familia.
  • La capacidad de toma de decisiones y de resolución de conflictos, entre otros. 
Para una intervención dirigida a la población o grupos de personas, resulta importante promover un tipo de ayuda técnica, en donde especialistas en psicología y orientación entrenen a grupos de voluntarios que puedan acercarse a las personas y brindar ayuda psicológica oportuna en las comunidades, en las escuelas, centros laborales y otros.

Toda intervención debe hacerse en base al reconocimiento y comprensión de los contextos y condiciones en que habitan las personas de diferentes grupos etarios, o con alguna discapacidad física o mental, quienes presentan necesidades especiales, como el uso de sillas de ruedas, andaderas, bastones, medicamentos, etc.

La ayuda psicológica inicial:

Slaikeu (1988, citado por Paniagua y Cruz, 2002, p. 184) postula 5 componentes de la ayuda psicológica inicial que puede utilizarse para intervenir en situaciones de crisis, producto de catástrofes.
  1. Establecer contacto psicológico: “Mediante la empatía, escuchando hechos y sentimientos, con el fin de que la persona se sienta escuchada y aceptada” (Lorente, 2008, p. 41).
  2. Examinar las dimensiones del problema: ya sea del pasado, presente y futuro, siendo el objetivo ayudar a las personas a jerarquizar las necesidades (Lorente, 2008, p. 41).
  3. Examinar las soluciones posibles: Preguntar lo que ha intentado el individuo hasta ahora, explorara lo que pudo o puede hacer ahora y proponer otras alternativas, lo cual implica redefinición del problema, ayuda externa, cambios en las condiciones ambientales, ocupacionales, etc. (Paniagua y Cruz, 2002, p. 186).
  4. Ayudar a tomar una acción concreta: Asumir una actitud facilitadora, establecer un convenio entre ambas partes, con el fin de asegurar que la persona sea capaz de afrontar la crisis.
  5. Seguimiento: Establecer algún tipo de convenio para reencontrase o contactarse de nuevo con la persona, incluir normas que impidan acciones peligrosas, establecer algún de procedimiento para asegurara el cumplimiento de los objetivos.




Referencias Bibliográficas:

Fundación IUC Barceló. (2012). Clases de crisis y tipos de crisis. Recuperado de: http://www.slideshare.net/marianabarrancos1/crisis-salud-mental
Intervención psicológica en crisis causadas por desastres naturales. (s.f.). Recuperado de: http://diversidad.murciaeduca.es/publicaciones/lorca/doc/cap2.pdf
Moreno, R. (2003). Intervención psicológica en situaciones de crisis y emergencias. Recuperado de: http://books.google.com.pe/books?id=h4wWAMqI7WkC&printsec=frontcover&dq=crisis+en+emergencias+y+desastres&hl=es-419&sa=X&ei=mJRZUvvLNomG9gSAsoHQCw&ved=0CC4Q6AEwAA#v=onepage&q=crisis%20en%20emergencias%20y%20desastres&f=false
Darquea, E., Jaramillo, A., Luna, M. y Malacatos, A. (2011). Intervención en crisis. Recuperado de: http://www.slideshare.net/majitoluna12/intervencion-en-crisis-10043476
Paniagua, S. y Cruz, L. (2002). Desastres y emergencias: prevención, preparación y mitigación. Recuperado de: http://books.google.com.pe/books?id=8nuFGwatF2UC&dq=intervencion+crisis+en+emergencias+y+desastres&source=gbs_navlinks_s
Lorente, F. (2008). Asistencia psicológica a víctimas. Psicología para bomberos y profesionales de las emergencias. Recuperado de: http://books.google.com.pe/books?id=TODO8oTJ-cUC&dq=intervencion+en+crisis++slaikeu&source=gbs_navlinks_s

F62.0 Transformación persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica


La transformación persistente de la personalidad puede aparecer tras la experiencia de una situación estresante catastrófica. El estrés debe ser tan extremo como para que no se requiera tener en cuenta la vulnerabilidad personal para explicar el profundo efecto sobre la personalidad. Son ejemplos típicos: experiencias en campos de concentración, torturas, desastres y exposición prolongada a situaciones amenazantes para la vida (por ejemplo secuestro, cautiverio prolongado con la posibilidad inminente de ser asesinado). Puede preceder a este tipo de transformación de la personalidad un trastorno de estrés post traumático (F43.1). Estos casos pueden ser considerados como estados crónicos o como secuelas irreversibles de aquel trastorno. No obstante, en otros casos, una alteración persistente de la personalidad que reúne las características que a continuación se mencionan, puede aparecer sin que haya una fase intermedia de un trastorno de estrés post traumático manifiesto. Sin embargo, las transformaciones duraderas de la personalidad después de una breve exposición a una experiencia amenazante para la vida como puede ser un accidente de tráfico, no deben ser incluidas en esta categoría puesto que investigaciones recientes indican que este tipo de evolución depende de una vulnerabilidad psicológica preexistente.

Pautas para el diagnóstico:

La transformación de la personalidad debe ser persistente y manifestarse como rasgos rígidos y desadaptativos que llevan a un deterioro de las relaciones personales y de la actividad social y laboral. Por lo general la transformación de la personalidad debe ser confirmada por información de un tercero. El diagnóstico esencialmente se basa en la presencia de rasgos previamente ausentes como por ejemplo:

a)Actitud permanente de desconfianza u hostilidad y hacia el mundo;
b) Aislamiento social.
c)Sentimientos de vacío o desesperanza.
d)Sentimiento permanente de "estar al límite", como si se estuviera constantemente amenazado y
e) Vivencia de extrañeza de sí mismo.

Esta transformación de la personalidad debe haber estado presente por lo menos durante dos años y no debe poder ser atribuida a un trastorno de la personalidad preexistente o a un trastorno mental distinto del trastorno de estrés post traumático (F43.1). También debe descartarse la presencia de una enfermedad o de una lesión cerebral importante que pudieran dar lugar a manifestaciones clínicas similares.

Incluye: Transformación de la personalidad tras experiencias de campo de concentración, desastres y catástrofes, cautiverio prolongado con peligro inminente de ser ejecutado, exposición prolongada a situaciones amenazantes para la vida como ser víctima de un acto terrorista o de torturas

Excluye: Trastorno de Estrés Post Traumático


FUENTE: OMS. (s.f.). Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas relacionados con la Salud. (10ª ed.).